16-09-2009, 07:56:15
Impresionante ejercicio de manipulación:
¡Qué barbaridad! A Sánchez Manzano le preguntaron que si sabía qué había sido del algodón con el que se recogieron determinadas impregnaciones y él dijo que no, que le preguntaran a la agente 17632 -que por otro lado ya ha declarado que siempre trata de guardar la mitad de la muestra para contra análisis, pero si la muestra es mñinima será consumida en sus pruebas- y para "El Mundo" eso se convierte en "destrucción de pruebas".
Sánchez Manzano dijo que las muestras "pesables" se mandaban SIEMPRE a la Policía Científica, las "no pesables" se analizaban en el laboratorio TEDAX. Ayer vino a decir que, por regla general, así era, pero que había excepciones. Excepciones, por cierto, que no controlaba él, sino la agente 17632. Pedro Jota transforma eso en un absurdo y ridículo supuesto "falso testimonio"
Y ¿qué decir con "al menos en parte, debido a su actuación no se sabe con certeza la clase de explosivo que usaron los terroristas del 11-M"? Falso, falso, falso.
El juego está claro. Como otras veces, Pedro Jotas trata de decir a los jueces lo que tienen que hacer para, luego, cuando no lo hagan, clamar por la injusticia
Quote:11-M / La acción de la Justicia
Manzano admite que destruyó casi todos los restos de los focos del 11-M
El ex jefe de los Tedax afirma ante la juez que no eran ni «vestigios» ni «muestras» sino simples «objetos». Dice que 30 tedax escogieron el material con el que la perito sólo identificó «componentes genéricos de la dinamita». No explica por qué tierras, algodones y telas analizadas en su laboratorio no llegaron a la Audiencia Nacional. Asegura que cuando declaró que «nunca» se enviaban esos restos a la Policía Científica quiso decir que a veces se hacía
-->MANUEL MARRACO
Madrid
La mayor parte de los restos de los focos del 11-M acabó en la basura. Así lo reconoció ayer ante la juez el ex responsable de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano, que durante tres horas prestó declaración como imputado por la querella presentada por la Asociación de Ayuda a Víctimas del 11-M.
El comisario negó que el material recogido por el grupo de Tedax de Madrid en los 12 focos de explosión tuviera la consideración de «muestras». A su juicio, se trataba de simples «objetos» que sólo tras una criba posterior en la sede de la Unidad Central que él dirigía adquirían la categoría de «muestras», «restos» o «vestigios» que debían quedar a disposición judicial. Todo lo demás se convertía en material desechable y, como tal, era destruido.
Manzano intentó explicar así por qué los peritos designados por el tribunal del 11-M sólo dispusieron de 23 muestras de los focos, pese a que todos los artificieros declararon en el juicio por la masacre que habían recogido cantidades ingentes de vestigios.
La asociación presidida por Ángeles Domínguez imputa a Manzano omisión del deber de perseguir delitos, encubrimiento por ocultación de pruebas y falso testimonio, tanto por su actuación con los explosivos como por sus declaraciones en el juicio del 11-M.
De acuerdo con el relato de Manzano, los tedax de la Brigada Provincial de Madrid trasladaron todas las muestras recogidas, debidamente etiquetadas, a la Unidad Central de los Tedax. Allí, una treintena de artificieros que el día de los atentados estaba realizando un curso procedió a hacer una selección del material, que quedó a disposición de la perito de los Tedax, encargada del análisis de lo que había pasado de «objeto» a «resto».
«Ahora sabemos lo que nadie había dicho antes, que kilos y kilos de vestigios se destruyeron», declaró el abogado de las víctimas, José María de Pablo. El letrado recordó que las normas de funcionamiento de los Tedax, incorporadas a la causa, atribuyen claramente a la Unidad Central «la custodia y depósito» de los «restos de las explosiones», que deben quedar a disposición judicial.
En cuanto a la responsabilidad sobre la intervención de los Tedax el día de la masacre, Manzano aseguró que en ningún momento asumió el mando operativo. Según explicó, tal y como manda el protocolo, éste quedó en manos del jefe del grupo de Madrid, que ya compareció en el juicio del 11-M y que también está citado como testigo en esta causa.
En su interrogatorio, el letrado también pidió a Manzano que explicara por qué parte de ese material que sí había sido seleccionado y analizado en su unidad tampoco había llegado a la Audiencia Nacional. «No le puedo dar una explicación», fue la respuesta del comisario.
En esa misma línea, la fiscal del caso preguntó expresamente por las telas -en plural- que la perito tedax declaró haber analizado y de las que no hubo noticia cuando el tribunal reclamó todos los restos. Manzano no supo dar una respuesta precisa al Ministerio Público.
Además de esas telas, los peritos del tribunal del 11-M tampoco dispusieron de los algodones y muestras de tierra analizadas por la perito y que no han aparecido. Manzano, tras explicar que él no es químico, desvió la pregunta hacia la perito y sugirió que tal vez quedaban inservibles tras un primer análisis. La perito de los Tedax ya compareció ante la juez el pasado 10 de agosto. Manzano estaba citado en esa misma fecha, pero la Policía explicó a la titular del Juzgado de Instrucción número 43 que no había podido notificarle la citación porque el comisario «estaba de crucero».
Otro de los elementos en los que se fundamenta la querella de la asociación es el hecho de que Manzano no remitiese a la Policía Científica las muestras que había seleccionado. Durante el juicio del 11-M afirmó que no lo hizo porque sólo se enviaban muestras pesables de explosivo, «nunca» muestras no pesables, como clavos o tornillos impregnados. Ayer, Manzano aseguró que ese «nunca» tenía «excepciones», pero que en el juicio del 11-M no le habían preguntado por ellas. Cuando el abogado de la asociación le recordó varios casos en los que el propio Manzano firmaba la remisión de muestras no pesables, el comisario insistió en que eran excepciones y que todas ellas tenían alguna explicación.
El comisario de los Tedax no remitió las muestras pese a que reconoció ante el juez del Olmo que su laboratorio no tenía medios suficientes y que no había podido determinar la marca de la dinamita empleada.
Tras concluir el interrogatorio, el abogado de Manzano, José María Fuster Fabra, consideró que sus respuestas habían demostrado el trabajo «impecable» del comisario y la perito, y que prueba de ello era que la conclusión a la que había llegado su unidad era básicamente la misma que los peritos del tribunal: que había estallado un tipo de dinamita, sin especificar la marca (Goma 2, Titadyn...).
Por el contrario, la Asociación de Ayuda a Víctimas del 11-M considera que las actuaciones del comisario y su subordinada tuvieron consecuencias en la sentencia del 11-M, ya que dificultó la determinación inequívoca del explosivo y, por tanto, la de quienes lo suministraron. Además, considera que un análisis correcto de los restos hubiera permitido «abrir nuevas vías de investigación». Por su parte, los peritos quisieron dejar constancia en su informe final de que consideraban «escasas» las muestras que habían recibido de los focos.
--------------------------------------------------------------------------------
Tres delitos contra el comisario
>Omisión del deber. El artículo 408 del Código Penal dice: «La autoridad o funcionario que, faltando a la obligación de su cargo, dejare intencionadamente de promover la persecución de los delitos, incurrirá en la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de seis meses a dos años».
>Encubrimiento. El artículo 451.2 señala: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años el que, con conocimiento de la comisión de un delito y sin haber intervenido en el mismo como autor o cómplice, interviniere con posterioridad a su ejecución, ayudando a los presuntos responsables del delito a eludir la investigación de la autoridad o de sus agentes».
>Falso testimonio. Según el artículo 458, «el testigo que faltare a la verdad en su testimonio en causa judicial será castigado con las penas de prisión de seis meses a dos años y multa de tres a seis meses». El artículo 459 abunda en el mismo delito: «Las penas de los artículos precedentes se impondrán en su mitad superior a los peritos o intérpretes que faltaren a la verdad maliciosamente en su dictamen o traducción». El artículo 460 también se refiere al delito de falso testimonio: «Cuando el testigo, perito o intérprete, sin faltar sustancialmente a la verdad, la alterare con reticencias, inexactitudes o silenciando hechos relevantes que le fueran conocidos, será castigado con la pena de multa de seis a 12 meses».
>Normativa Tedax. Las Normas Provisionales de Actuación del Servicio de Desactivación de Explosivos del 19 de mayo de 1989, vigentes en el momento del atentado, establecen que «a la Unidad Central Tedax le corresponde la custodia y depósito a disposición de las autoridades judiciales [...] de los restos de las explosiones».
Quote:EDITORIALES DEL DÍA
UNA CONFESIÓN COMPROMETIDA PARA MANZANO
EL CONTENIDO DE LA DECLARACIÓN DE Sánchez Manzano ante la juez que instruye la querella presentada por las víctimas por ocultación de pruebas, denegación de auxilio a la justicia y falso testimonio en la investigación del 11-M deja en una situación muy comprometida al ex jefe de los Tedax desde el punto de vista del incumplimiento del reglamento interno del cuerpo y también en lo que se refiere a sus posibles responsabilidades penales. El ex comisario, responsable de recoger las muestras en los focos de las explosiones, admitió que ordenó destruir casi todos los restos por considerar que eran simples «objetos» y no pruebas, muestras o vestigios útiles para la determinación del tipo de explosivo empleado en los atentados. Hay que recordar que a la Audiencia Nacional sólo llegaron 23 muestras procedentes de los 12 focos del 11-M. Según la declaración de Sánchez Manzano, fueron los Tedax a sus órdenes los encargados de seleccionar qué restos debían ser conservados y cuáles no. Con esta confesión, Manzano ya está admitiendo haber vulnerado el reglamento interno del cuerpo que él mismo dirigía, que desde 1989 establece que a la unidad central «le corresponde la custodia a disposición de las autoridades judiciales de los restos de explosivos». Está bien claro que su obligación era custodiar los restos, no decidir cuáles eran «muestras» para la investigación de los explosivos y cuáles no eran más que «objetos» sin valor pericial. Sólo la autoridad judicial podía tomar la decisión de destruir estos restos. Pero hay más. El ex jefe de los Tedax no pudo precisar qué pasó con algunos de los restos seleccionados y analizados por la perito y que también desaparecieron.
Al margen de esta flagrante violación del reglamento interno, su declaración tampoco le beneficia desde el punto de vista penal. Las víctimas le acusan de la omisión del deber de perseguir delitos, encubrimiento por ocultación de pruebas y falso testimonio. Efectivamente, al admitir que destruyó la mayor parte de los restos de los focos y teniendo en cuenta que, debido -al menos en parte- a su actuación no se sabe con certeza la clase de explosivo que usaron los terroristas del 11-M, cabe tipificar su conducta en el artículo 408 del Código Penal que castiga a los funcionarios que no promuevan la persecución de los delitos, o bien en el 451.2 que castiga a los que ayudan a obstruir la investigación de los delitos.
Existen hasta tres momentos en los que se produce esta destrucción/ocultación de pruebas. Primero, en la selección de los restos que se entregan al laboratorio para su análisis. Segundo, en la no remisión de las muestras a la Policía Científica. Y tercero, en la desaparición de algunos vestigios que sí fueron analizados en el laboratorio de los Tedax, pero que nunca llegaron a la Audiencia. Entre otros, el algodón con el que se recogieron muestras del explosivo, así como telas y tierra que el laboratorio reconoce haber recibido y analizado. Manzano hace frente asimismo a una acusación de falso testimonio por mentir cuando aseguró en el juicio que «nunca» había enviado a la Policía Científica vestigios de explosiones. Al ser puesto en evidencia por la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, ayer afirmó que no dijo «nunca», sino que esa remisión se producía en contadas excepciones. Ahí están las actas del juicio para comprobar si Manzano incurrió o no en falso testimonio.
Al margen de las consecuencias que tenga esta declaración para el horizonte procesal del ex responsable de los Tedax, hay que preguntarse, como en tantas otras ocasiones, si estamos ante la más absoluta y total de las negligencias por parte de un responsable de un cuerpo de élite; o si la confesada destrucción de casi todos los restos del 11-M, obedeció al propósito de enmascarar u ocultar lo sucedido. Es absurdo pensar que Manzano no calibrase la trascendencia de destruir o conservar los restos recogidos para la investigación del mayor atentado de la Historia de nuestro país, teniendo en cuenta que la autoría no estaba clara en los días en los que el ex jefe de los Tedax tomó la decisión y que su perita sólo había detectado «componentes genéricos de las dinamitas». Lo lógico sería que se le sentara en el banquillo y un tribunal determinara cuáles fueron sus móviles.
¡Qué barbaridad! A Sánchez Manzano le preguntaron que si sabía qué había sido del algodón con el que se recogieron determinadas impregnaciones y él dijo que no, que le preguntaran a la agente 17632 -que por otro lado ya ha declarado que siempre trata de guardar la mitad de la muestra para contra análisis, pero si la muestra es mñinima será consumida en sus pruebas- y para "El Mundo" eso se convierte en "destrucción de pruebas".
Sánchez Manzano dijo que las muestras "pesables" se mandaban SIEMPRE a la Policía Científica, las "no pesables" se analizaban en el laboratorio TEDAX. Ayer vino a decir que, por regla general, así era, pero que había excepciones. Excepciones, por cierto, que no controlaba él, sino la agente 17632. Pedro Jota transforma eso en un absurdo y ridículo supuesto "falso testimonio"
Y ¿qué decir con "al menos en parte, debido a su actuación no se sabe con certeza la clase de explosivo que usaron los terroristas del 11-M"? Falso, falso, falso.
El juego está claro. Como otras veces, Pedro Jotas trata de decir a los jueces lo que tienen que hacer para, luego, cuando no lo hagan, clamar por la injusticia
La mentira tiene las patas cortas, pero calza zancos al lado de las exclusivas conspiracionistas