25-02-2011, 13:46:29
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Dos golpes de Estado (23.02.2011)
Apréciese como empieza diciendo que el 11-M no fue un golpe de estado para terminar afirmando que sí lo fue -como reza el título, claro-. Lo demás, repugnante o cansino.
Salvador Sostres Wrote:23 años y 18 días después del 23-F se dio en España otro golpe, no militar sino civil, con evidentes diferencias en la forma pero con similitud de fondo. El día 11 de marzo del año 2004 Madrid sufrió el atentado terrorista más sangriento que jamás haya conocido Europa. 191 cadáveres desparramados a tres días de las elecciones generales que el partido de la oposición usó de munición contra el Gobierno. Pretendieron responsabilizar al presidente Aznar de haber provocado la masacre por su participación en la guerra de Irak y le acusaron de haber mentido cuando el propio ministro del Interior explicó, al cabo de pocas horas, que había “dos líneas de investigación abiertas” y todavía hoy existen dudas sobre la autoría material e intelectual de aquel atentado.
La jornada de reflexión del día siguiente estuvo inundada de mensajes sms preguntando “¿Quién ha sido?” y convocando a la turba a las puertas de las sedes del PP de cada pueblo o ciudad. En Barcelona los manifestantes lanzaban bolas de heces que habían sido robadas de la facultad de Biología. Todo perfectamente organizado, perfectamente dirigido, perfectamente prebélico.
No fue un golpe militar, nadie entró en el Congreso a punto de pistola. No hubo secuestros, ni tanques en Valencia, ni disparos al techo. Pero agitar a las masas contra el partido del Gobierno, llamar mentiroso a un presidente que no ha mentido y usar 191 cadáveres como munición política para culparle de una masacre de la que, como siempre, los únicos responsables son sus autores, fue una gravísima alteración de la normalidad democrática.
Como suele suceder cuando actúa la izquierda, y especialmente esta izquierda; y como suele suceder cuando se trata de insultar a la derecha, especialmente a José María Aznar, todo vale y valió y quien osó y osa todavía denunciarlo es llamado fascista y criminal. Pero si en aquella jornada no fuimos a mayores, y no se organizó una batalla campal que Dios sabe cómo habría acabado, fue gracias a la responsabilidad y a la prudencia de Mariano Rajoy, que no llamó –como en lógica correspondencia podría haber hecho- a los militantes del PP a defender sus sedes.
La jornada del 13 de marzo de 2004 constituyó un golpe civil minuciosamente planeado y ejecutado. Fue rápido pero ni fue espontáneo ni fue el vigor del pueblo soberano levantándose contra un gobierno tirano. Fue la culminación de toda una legislatura acusando al presidente Aznar de sacar provecho electoral de los atentados de ETA. Fue el paso más allá del “ustedes que pueden, dialoguen” de Gemma Nierga, en aquella manifestación por la muerte de Ernest Lluch en que se escucharon más cánticos contra el PP que contra la banda terrorista y en la que Alicia Sánchez-Camacho fue agredida por unos manifestantes que se suponía que se habían reunido para repudiar la violencia: tal fue el odio enloquecido de aquellos días.
En España ha habido dos golpes de Estado desde la recuperación de la democracia. Uno militar y otro civil. La gran diferencia entre ambos es que Armada no fue presidente y Zapatero sí que lo ha sido. Si el primero fue considerado un canalla y el segundo un héroe es sólo porque la historia la adjetivan los que ganan.
Apréciese como empieza diciendo que el 11-M no fue un golpe de estado para terminar afirmando que sí lo fue -como reza el título, claro-. Lo demás, repugnante o cansino.